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Cultura
15 Ago 2018

Proyecto Oeste: "El tango nos apasiona y nos mantiene vivos"

Por: Gabriel Colonna, Leandro Fernández Vivas.
Castelar Digital entrevistó a Lili Salti, Roberto Greco y Miguel Binetti, músicos y creadores de Proyecto Oeste, una propuesta de tango y melódico desde Castelar a todo el Conurbano. El tango desde la pasión, realizado por músicos vecinos. "Es un placer escuchar música, es un placer hacer música", señalaron.
Las luces de la sala comienzan a perder potencia. En breves segundos el lugar queda a oscuras, los reflectores limitan el escenario apuntando todos al centro, allí aparecen los músicos y artistas con miradas y sonrisas cómplices hacia su público. Proyecto Oeste se presenta y comienza el show. Tango, folclore y algo de melódico sobre las tablas del barrio.

Proyecto Oeste es una propuesta musical encarada por un grupo de vecinos amantes del tango y las canciones en general. Con 20 años de historia artística, nacieron como TanGotan pero el ritmo del dos por cuatro les quedó chico y se ampliaron en repertorio y estilos. Proyecto Oeste son Lili Salti, Roberto Greco, Miguel Binetti, Yamila Outeda, Ramón Díaz y Bautista Frutos.

“La idea fue armar un grupo de tango, fundamentalmente”, comenzó a narrar Lili ante las consultas de Castelar Digital y continuó, “el comienzo fue muy precario, los primeros espectáculos fueron precarios, Miguel empezó a aprender guitarra con Javier González, el marido de Patricia Barone, nuestra profesora de canto, y empezamos muy temerosos, muy de entrecasa, para amigos. Vimos que salía bien entonces quisimos más. Empezamos a implementar el sonido, siempre más avanzado el sonido y empezamos a tener fechas en distintos lugares”.

Corría 1998 cuando el grupo de amigos se animó a los escenarios: “El primer lugar fue en Mr Jones en Ramos Mejía, después nos empezamos a vincular con lugares de Capital, La Forja, La Maga, la biblioteca Juan B. Justo. Empezamos a armar mejor el espectáculo con bailarines. Tenemos un bajista, que es nuestro sonidista y fuimos creciendo y armándonos de otras herramientas, conociendo más el ambiente, aunque el lugar emblemático y de cabecera es La Salita de Castelar, es nuestro segundo hogar. Tocamos ahí la primera vez en 2005”, señaló Lili acompañada por dos de sus colegas, Roberto y Miguel quienes completaron con sus respuestas las preguntas de este medio.

Los artistas que componen Proyecto Oeste tienen en común que decidieron dedicarse a la música de grandes, luego de haber desarrollado otras carreras y experiencias. Además se encontraron casi por casualidad gracias a Castelar y los docentes que se cruzaron en la vida, profesores de canto y guitarra que los reunieron, primero con el vínculo de la amistad y luego con el proyecto musical. Empero, lo que logró la amalgama de historias, placeres y tendencias es el pasado musical común, la infancia rodeada de voces y el gusto por la música.

“El tango es la época en que uno nació”, señaló Roberto y continuó, “soy de la época del 40 y recién estaba memorizando que el tango empezó atrás, pero la época de oro fue del 40 al 60, a mí me gustaba todo eso. No había televisión pero si radio, y la difusión del tango era una batería: cambiabas de dial y era tango, tango y tango. A mí siempre me gustó y pienso que es un poco las raíces, uno es hijo de italianos y el italiano es un poco cantor. No tuve la suerte de tener un familiar profesional, pero creo que eso en los genes se pasa. De chico siempre me gustó, siempre tuve la ilusión, no de trascender, pero sí de cantar. Es como lo mínimo que me produce es un cable a tierra cantar y mas a esta edad, es lo que me gusta, me apasiona y es lo que me mantiene vivo. Nos conocimos hace mucho tiempo y confluimos con una profesora de canto, Patricia Barone y ahí nos decidimos a juntarnos los tres, éramos amigos”.

“El tango es todo. No me animo a cantar otras cosas, me dedico a eso porque es todo, no desconozco la música folklórica, la defiendo también, y después lo internacional, grandes tenores. Todo lo que es canto me apasiona, pero me gusta el tango. Me gustan las orquestas de Troilo y Pugliese, pero todas fueron buenas. Esos me han llegado más, pero no tuve un ídolo, ni cantante ni musical. Todo en conjunto, pero tengo que reconocer que las que más llegaron y pegaron, son referentes, Troilo, Di Sarli, Pugliese, porque todos han hecho algo por el tango”, completó Roberto.

“En mi familia, mi abuelo materno fue guitarrista, payador, autor de poemas, me introdujo en el tango, desde chica, se escuchó mucho tango en mi casa, se escuchaba de todo, pero fundamentalmente tango”, comenzó Lili. “Me gustaba analizar las letras, lo que no entendía lo preguntaba. Cantaba, mi mamá también fue una gran cantante, mi mamá desde chica incursionó en el canto. Mi familia tenía un teatro, no era propio pero administraban un teatro en San Cristóbal, en Capital, mi abuelo y el hermano lo administraban y mi mama cantaba ahí siendo chiquita. Desde chica me incliné por el canto y el baile. Estudié baile toda mi vida, aún sigo. Continué cantando en grupos de amigos. Después conocí a Miguel, que también venia de una familia muy musical. Empezamos a cantar juntos. Incursionamos en las peñas y lo conocimos a Roberto. Se armó el trió, empezamos a estudiar canto con Patricia en Haedo. Me apasiona el canto, la danza. Es una pasión, es algo que va más allá del gusto, es un placer escuchar música, hacer música. Este proyecto que tenemos nos hace crear y estar innovando siempre”.

El último en presentarse fue Miguel: “nací en Italia, en Barletta, Provincia de Bari, mis raíces se hicieron acá, desde el año 50. Mi padre era muy musical, de ópera y tango. Cuando llegó acá se nutrió de toda la gama de ritmos latinoamericanos, pero principalmente del tango, en casa se vivía la opera y el tango, con otros ritmos que estaban de moda en esa época. Yo tomé un camino de desarrollarme en otra especialidad, pero la ficha con la música me cayó hace 20 años cuando la inquietud empezó a dar vueltas sobre mi persona y recalé en el mismo lugar común, una profesora de canto que hacía sus muestras anuales en la Casa del Poeta. Se fue afianzando la amistad hasta que surgió la idea de hacer algo por cuenta nuestra. Nace como algo incipiente, informal, que va tomando forma con los años. Nos fuimos preparando mejor, dotándonos de equipo. Es nuestro pequeño sueño”.

Hace apenas un año que el grupo cambió de nombre. Ampliando los ritmos y la interpretación prefirieron no encasillarse en el tango: “El año pasado cambiamos de Tan Gotan a Proyecto  Oeste. Ya lo veníamos haciendo llamándonos TanGotan. La gente pedía también cosas distintas, cuando hacíamos algo distinto era bienvenido. Cuando hacíamos variedad de cosas se hacia un espectáculo con una gama distinta de ritmos y sensaciones. El nombre nos ataba al rubro que no era nada más que eso. Lo veníamos haciendo pero entendimos que el nombre venia de otra época. Nos dio muchas satisfacciones”, señaló Miguel.

Tanto el tango como el folclore han encontrado un nuevo espacio en la presencia cultural del oeste del Conurbano. Es común que durante cada día de la semana haya una milonga por noche en cada barrio del oeste. En Castelar destaca Tarzán con sus miércoles de tango, los martes en Milonga Casanova de Morón, ubicada en Mendoza 341, Morón. Y los jueves en la No Me Olvides, Mariano Acosta 168, Ituzaingó, sólo por nombrar algunas del oeste.

Proyecto Oeste intercala escenarios de la Ciudad de Buenos Aires con los de Castelar. Desde peñas a encuentros artísticos, pasando por cumpleaños, fiestas, escuelas o la icónica Salita. El grupo se completa con el bajista y sonidista Bautista Frutos y la pareja de baile conformada por Yamila Outeda y Ramón Díaz. La diferencia entre el escenario capitalino y el del conurbano radica la platea: “Al público local lo sentimos más cercano, es como una familia. Cuando actuamos en La Salita la gente se conoce, se saluda, nos ve por la calle y nos dice ‘actuaste en la salita, sos el de la foto’. Nuestros vecinos se conocen con otros vecinos, los sentimos más cercanos. El público de capital se conoce quizás también, tenemos familiares, amigos, pero lo más cercano, lo más cálido es acá en Castelar”.
En 20 años de carrera las anécdotas son inevitables, desde shows en donde el sonido nunca había sido conectado hasta espectáculos pasados por agua con apenas un puñado de espectadores. Además, a la música, se le suma de manera abstracta la idea de otro mundo, apenas alejado en el tiempo, el mundo del ayer, de una Buenos Aires distinta, el mundo de la infancia de los integrantes del grupo: “¡He cantado en serenatas! Se le canta a la novia, previamente se le cantaba para que después se casara. Ahora se olvida, pero es lógico que se olvide. Imagino que la gente grande se acuerda. Hay un tema que es la vieja serenata, el cantor que le canta a su amada, como se acostumbraba”, rememoró Miguel y le dio paso a Roberto. “Somos de una época en que la gente en la calle cantaba, silbaba y dos o tres que eran conocidos se ponían a cantar juntos por la calle. En Floresta yo veía pasar los carromatos con carga pesada y las glicinas, y el perfume de Buenos Aires, se ve reflejado en las letras del tango. ¿Cómo no querer al tango? Porque nosotros crecimos con eso, después han venido otras cosas que se las vivió también, pero con los años se vuelve a los recuerdos de la infancia. Y eso es lo que queda para siempre”, finalizó el músico.
 
El futuro encuentra al grupo con proyectos, con fecha ya pactadas (la próxima en La Salita será el 13 de octubre) con el sueño de tener un lugar propio, un salón con propuesta gastronómica y espacio para los artistas del oeste, y también los encuentra rodeado de acordes, letras y canciones que los llevaran nuevamente a ser el foco de atención de los reflectores de los escenarios.

Entrevista y fotos: Gabriel E. Colonna
Redacción: Leandro Fernandez Vivas
Gabriel Colonna

Gabriel Colonna

Fotógrafo

Fotógrafo. Programador Web. Emprendedor.
Fundador y Director Ejecutivo de Castelar Digital.
Socio Fundador de GAMA Taller de Imagen.
Socio Fundador de Ocho Ojos.

Leandro Fernández Vivas

Leandro Fernández Vivas

Periodista

Técnico Universitario en Periodismo.
Director Periodístico en Castelar Digital.
Socio Fundador de Ocho Ojos.

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