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Cultura
27 Sep 2013

Un mundo de fantasía para conocer su propia realidad

Por: Gabriel Colonna, Leandro Fernández Vivas.
Helena Okomski creó un mundo fantástico de duendes, hadas y enanos en el que el ser humano debe atravesar desafíos para conocer las realidades de su ser. "Yo no pensaba lo que escribía, los personajes me hablaban sus líneas y me quedaba horas con la notebook hasta que se me acalambraban las manos", confió a Castelar Digital.
Un mundo cargado de fantasía, anterior a la historia y a los tiempos. Donde el ser humano era uno más entre otros seres, fuerzas y espíritus que poblaban la Tierra. Una narración mágica nacida del puño de una vecina que puede transformarse en la inspiración de miles de lectores, además de incentivar la introspección.

Helena Okomski nació muy lejos de Castelar, en el pueblo Saint Neots, situado a pocos kilómetros de Cambridge, en Inglaterra. Pero con apenas pocos años de edad se trasladó con su familia a la ciudad que la vio crecer y a la cual adoptó como propia. Es médica, se especializó en neuropsiquiatría y psicoanálisis. Empero, dedica gran parte de su vida a la escritura. Así es autora de la trilogía de Shalko, que presenta un mundo fantástico cargado de historias y misterios en otro mundo pero en esta misma tierra.

El encuentro se dio en su casa, cargada de estilo inglés y por cuadros hechos por ella misma que muestran paisajes de su tierra natal. “Hermoso mi pueblo, sus bosques, su puente, su río. Muy lindo lugar, mi libro transcurre ahí, en una época remota”, explicó mientras revolvía su té.

La obra, en sus tres libros, presenta la historia de Shalko, un Oki, tal es el nombre dado a los humanos en la Tierra donde transcurre la historia, “un joven príncipe que debió emerger del aislamiento, de la imperfección heredada de la naturaleza y de los errores de sus ancestros, de la confusión, de la culpa y de la locura. Un joven cuya misión era rescatar la Espada del Sur de las manos del Señor de la Sombra para restablecer el orden en el Mundo, analogía que recrea el equilibrio que vence a la Sombra en la lucha entre los opuestos en nuestro propio yo”, según explica la sinópsis del libro.

No es su primer trabajo literario, pero si el más extenso y ambicioso en la intención de crear un mundo fantástico cargado de realidades humanas: “Yo ya había escrito algunas cosas; un ensayo muy serio de lo que es la Sustancia Ángel. Y en un momento recibí el llamado de Shalko. Shalko se escribió solo porque cuando hice el capítulo yo ni sabía lo que iba a decir. Los personajes fueron tomando forma, hasta me dijeron cómo se querían llamar. Shalko llega al mundo en el momento indicado. Cuando yo tenía los instrumentos para poder escribir lo que él quiere decir”, destacó la autora y continuó, “en mi inconsciente se fue armando el personaje, que es igual a todos: se tiene que ir enfrentando a la culpa, la soledad, a todo lo que nos viene legado de nuestros ancestros. Así se fue gestando el personaje que, además, esta acompañado de otros muy interesantes como Midlin, que es el arcángel Miguel, los ángeles fueron las primeras mentes. También está la guerrera que lo acompaña a Shalko hasta el final, esta el médico que le enseña el arte de curar”.

A la hora de crear un nuevo mundo, Helena se basó en su propia experiencia y conocimientos, la medicina y la psicología fueron las bases de sustento de sus personajes e historias. “El personaje de la guerrera tiene algo de mí, hay unas intervenciones quirúrgicas que debe realizar. Hay un herbolario antiguo que tuve que estudiar cuando recetábamos y me sirvió. Otro personaje es el consejero y guía…que todos querríamos tener en la vida. Tiene una relación muy estrecha con Shalko. Hay otros personajes, Ine, Donar, El Señor de las Sombras, que es un personaje que no tiene rostro, es toda la parte negativa del ser humano. Hay un guerrero, que es la mano derecha de Shalko. Los hombres, los Oki, eran pequeños, las otras razas predominaban. Es el mundo mágico, de hadas, gnomos, enanos y duendes”, explicó pormenorizadamente el mundo que creó, o según explicó, le llegó para ser escrito.

La base misma de Shalko se basa en el descubrimiento de sí mismo que debe realizar el personaje, “El psicoanálisis que es la búsqueda de nuestro propio yo, conocernos nosotros, para conocernos hay que despojarnos de prejuicios orgullo, pasión por dominar a los demás por justificarnos. Shalko tiene que entender que no es importante lo que parecemos sino lo que somos”.

La trilogía es, hasta el momento, la más extensa de sus obras. Pero, a pesar de estar siempre relacionada a la medicina, la escritura es su otra gran pasión, la que la acompaña desde sus años de infancia, desde sus juegos de niña en Castelar. “Escribo, desde chica. Mi mamá me comentaba que yo siempre escribía, a los 8 años le hice un poema para el día de la madre… nací con una vocación. Con dos, la de médico también. Si volviera a nacer haría lo mismo exactamente. Shalko es un libro que yo lo pensé cuando tenia 20 años, la vida del estudiante de medicina es muy dura, muchas guardias, intervenciones quirúrgicas y trabajé mucho, los hijos, la familia, me apartaron bastante de esta vocación. Pero volví a escribir”.

La escuela y sus primeros años de formación fueron decisivos. “vine a Argentina cuando era pequeña. La escuela primaria la empecé en Argentina con una mezcla de idiomas que hacía que las maestras estuvieran un poco preocupadas. En mi casa se hablaban varios idiomas, como todo inmigrante. El colegio lo hice en Castelar, mi papá cuando vino, vino a Capital, pero se enamoró de esta Córdoba Chica y compró acá, donde hoy viven mis hijos y mis nietos. El colegio lo hice en Nuestra Señora de las Mercedes. Y el secundario en el glorioso Colegio Nacional de Morón, con profesores como Sábato. De allí egresé y estudié en la Facultad de Medicina de La Plata y me recibí de Médica. Soy docente universitaria de la carrera”, destacó.

Su obra le demandó incursionar en distintas filosofías y mitologías para nutrirse de conceptos pocas veces conocidos por el vecino común de Castelar. “Toda la línea de investigación del lenguaje celta, orígenes de historia, libros de Heródoto, para comprender el ambiente. Yo a Shalko lo tenía incorporado pero debía contar el entorno, soy muy seria con mis investigaciones. Me llevó tiempo la ambientación, no tanto escribiendo… Yo no pensaba lo que escribía, los personajes me hablaban sus líneas y me quedaba horas con la notebook hasta que se me acalambraban las manos”, rememoró Okomski.

 El trabajo y la dedicación se materializaron en tres libros, pero está la posibilidad que su obra llegue a la pantalla grande de la misma manera. “De casualidad llegó a manos de un escritor que escribe novelas y es muy conocido. Se lo acercó a un representante y se está evaluando la propuesta. Es un libro que, si cumple el propósito de decir algo a la juventud, creo que podría ser útil. Estaría bueno que llegue al cine. Sería lindo que un autor que escribe en español, sea llevado a la pantalla grande, esto nos dignifica e inspira a todos. Yo no tengo interés comercial con esto, es espiritual principalmente”.

Así como Shalko le llegó a modo de inspiración, otras historias se le han presentado y podrán materializarse en obras futuras. Helena cuenta que está en pleno trabajo con Carmiña, la historia de una mujer ambientada en “la época de Urquiza” y que transcurrirá principalmente en la zona de Luján. “Carmiña esta basada en un personaje intuitivo, que se me cruzó cuando salí del museo de la Isla Martín García. Apareció y me empezó a hablar. Me dijo ‘yo soy María del Carmen Ordoñez de la Parra, nací en Villa de Luján. Me trajo al mundo el Doctor Nuñez’. Yo no sabía nada de esos datos y después los fui constatando Esto me dió un gran impulso para escribirlo. Cuando hablé con una historiadora de Luján me dijo que era muy común, en realidad estoy contando una vida que ya existió”, adelantó a Castelar Digital.

La pluma de Helena Okomski no se agota. Tiene en mente continuar la trilogía de Shalko pero enfocándose en otros personajes, los Pixis, “que son unos duendes muy traviesos”, y llevarlo también a una saga. Sus libros pueden conseguirse en las grandes librerías. Los tres tomos (Shalko: El Inicio de la Travesía. Shalko: El camino de la transformación. Shalko: La última batalla), pensados y creados en Castelar, esperan su momento para lanzarse a la pantalla grande.

Entrevista: Gabriel E. Colonna
Redacción: Leandro Fernandez Vivas
Fotos: Gabriel E. Colonna
Gabriel Colonna

Gabriel Colonna

Fotógrafo

Fotógrafo. Programador Web. Emprendedor.
Fundador y Director Ejecutivo de Castelar Digital.
Socio Fundador de GAMA Taller de Imagen.
Socio Fundador de Ocho Ojos.

Leandro Fernández Vivas

Leandro Fernández Vivas

Periodista

Técnico Universitario en Periodismo.
Director Periodístico en Castelar Digital.
Socio Fundador de Ocho Ojos.

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