El Teatro Astros está colmado. La propuesta de Cibrian-Mahler genera una convocatoria sin igual. Los actores y actrices, aunque han repasado el guión y saben cada escena a la perfección, se topan con los nervios previos a la presentación. La tensión se transforma en contractura y allí intervienen las manos de David para preparar cada cuerpo para el escenario. Similar ocurre con el plantel de Merlo, minutos antes de salir a la cancha, de atravesar la manga hacia el césped, David prepara cada músculo, sobre todo los brazos del arquero que deberá olvidar lesiones y golpes para atesorar entre sus manos al balón, en caso de ser necesario. En el autódromo Gálvez de la ciudad de Buenos Aires la carrera ya terminó y los motores dejaron de rugir pero los brazos de los corredores demuestran la atención puesta en las curvas, contra curvas y la siempre difícil chicana. Patricio di Palma recibe los masajes de David y vuelve a su casa dejando atrás los kilómetros del circuito.

David Gabriel es especialista en masajes, pero no de aquellos que buscan sólo la relajación sino los que tienen como objetivo la reparación muscular. Masajes deportivos, descontracturantes y anti estrés. Iron Hand es el nombre de su empresa, de su arte y de la técnica que aplica a cada paciente. Ayudado por una crema especial que oficiará de vehículo, sus manos repasan cada nudo, cada tensión en el cuerpo y trabajan para liberar cada zona del cuerpo. No siempre este masaje es placentero, o al menos no lo es todo el tiempo, pero el resultado es revitalizante.

Ubicado en el corazón de Castelar, en Monteverde 509 a metros de Almafuerte del lado sur, es el centro de recuperación, dolor y sanación de cientos del deportistas del oeste. Con una larga trayectoria que lo llevó a trabajar en clubes de futbol, carreras de aventuras, maratones institucionales y con miles de pacientes, al día de hoy es difícil conseguir un turno con él por la alta demanda que tienen sus servicios. El local, pequeño pero suficiente, muestra trofeos, fotos, banderas y, una rareza, cucharas que también son premios y trofeos de horas y horas dedicadas en masajes a los cuerpos de los deportistas.

“Al principio cuando empecé a hacer masajes el tema era que la gente no sabía del masaje, era algo que en argentina no se conocía mucho, entonces uno tenía que explicarle a la persona por qué tenía que hacerse masajes, por qué era bueno. Ahora los mismos médicos mandan a la gente a hacerse masajes”, comenzó su relato a Castelar Digital David Gabriel.

Se trata de un conjunto de maniobras en tejidos blandos del cuerpo ya sea para quitar dolores, nudos, relajar o bien recuperarse de un esfuerzo deportivo en el día de descanso de los entrenamientos de deportistas de alto rendimiento: “A una persona estresada le hacemos el masaje que hacemos nosotros, que le puse masaje Iron Hand porque está hecho a nuestra medida, a partir de nuestros años de experiencia. Si a la persona le hacemos un masaje completo estamos relajando toda la musculatura del cuerpo, no solamente la de cervical y hombros. Si, por ejemplo, la persona lleva tres días sin dormir por los dolores, después de los masajes va a poder dormir, le va a cambiar la vida. El masaje es simple pero a su vez es maravilloso”.

El éxito y vigencia de sus masajes llevó a la réplica. Iron Hand, además de encontrarse en Castelar, también está en Haedo en las manos de Florencia Gabriel, la hija de David. “El masaje es una forma de dar amor y sanar. A través del masaje la persona se relaja y se abre para dejar salir todo eso que le produce dolor, que sólo es físico cuando llega a ser una lesión. El cuerpo no es otra cosa que el reflejo de uno mismo, de todas esas cosas que nos pasan a diario, las que vemos y las que no, las que decimos pero más aún esas que callamos”, describió Flor Gabriel, y continuó, “es muy gratificante saber que le calmas el dolor y le generas sensación de bienestar que permanece en el tiempo, le cambias la vida al paciente que viene de noches de insomnio, dolor y está a punto de entregarse a la dolencia, abandonar actividades y sueños que después del masaje vuelven con más fuerzas. Hay que entender que lo que mueve al mundo son las ganas, si vos me dejas ayudarte, a través del masaje vamos a potenciar lo que te haga feliz, porque al sentirte bien vuelven las ganas de entrenar, de trabajar, de salir al mundo, a jugar, lo que elijas, lo que sea que llene tu corazón”.

Cucharitas
Los años y lo específico de su disciplina llevaron a David Gabriel a trabajar en todo el país y para distintos equipos deportivos, de forma particular o como parte del plantel técnico, así brindó sus servicios en el Club Atlético Ferrocarril Midland, el Club Social y Deportivo Merlo, Club Deportivo Morón y Club Español, entre otros. También en el club de rugby CASA de Padua, en el Hurling Club y otros. Atendió a atletas olímpicos que representaron a la Argentina en distintos Juegos Olímpicos, carreras de aventura en Misiones donde “la tierra colorada de las piernas manchaba las camillas y no salía nunca más”, triatlones en Mar del Plata, maratones en la Ciudad de Buenos Aires y servicios particulares a Patricio di Palma y al Beto Acosta.

Muchos de los deportistas que se atendían en Iron Hand le traían sus trofeos o medallas como regalo, a modo de agradecimiento, pero David buscaba otros objetos: “Cuándo el deportista encuentra en el masaje Ironhand una gran ayuda, después trae su copa o su medalla que tanto le costó. Tengo una gran cantidad de copas y medallas en el local, porque saben que somos parte de sus logros. Hasta que un día les dije basta no me traigan más copas! yo coleccionaba antigüedades, así que les pedí que me traigan una cucharita, ellos viajan por el mundo representando Argentina. Ahora tengo más de mil cucharitas”, completó el vecino.

El staf de Castelar Digital se tentó a conocer los masajes de Iron Hand y puede atestiguar que no hay otro igual. No se trata de la típica reflexología, es un masaje en profundidad, descontracturante, fuerte y que puede llegar a sorprender, pero la rehabilitación física posterior es notable, distinta a cualquier otro masaje.

“Ironhand es un equipo, pero primero es una familia, de acá vas a sacar fuerzas siempre. Gracias por elegirnos y dejarnos acompañarlos a cumplir sueños”, finalizaron Florencia y David Gabriel.